En el día a día, ya tenemos suficientes problemas, asuntos en la cabeza que nos preocupan y mil otras cosas que hacen que, por higiene mental, deberíamos practicar meditación o tener un “break”: el niño, la pariente, el jefe, el cliente, el que tose a tu lado, el que no sabe usar la mascarilla, el gilipollas que aparece en la tele a la hora del telediario...
Yo te envío ese paréntesis.
¿Te gustaría?
Escribes tu email ahí abajo y recibe en tu bandeja de entrada un correo diario de dos o tres minutos, de los que puedes leer en un ascensor, en una cita privada con el señor Roca, cuando te aburre lo que te cuentan en una reunión "pierdetiempo" donde no deberías estar o cuando lo necesites.
¿Qué te encontrarás?
- Un intento por sacarte una sonrisa
- Algún consejo práctico o anécdota sobre los pueblos, sus productos y las ventas de sus productos
- Darte caña (también de lomo, si hace falta) para que aprietes los dientes y tires palante con más energía
… o una combinación de todo ello.
¿Por qué me dedico a esto?
Hemos pasado un tiempecito fuera de España, trabajando, aprendiendo y haciendo negocios. Hemos visto lo que funciona y lo que no, lo que nos cabrea un poco, lo que nos cabrea muchísimo y lo que cambiaríamos. Queremos compartir nuestra experiencia contigo.
Junto con mi hermano Eloy, he creado Manjares de Pueblo. Una colección de productos que recuerdan a infancia y huelen a pueblo. Manjares y productos únicos. Artesanos. Tradicionales. Buenísimos. Esos son los criterios. No los encontrarás en el supermercado, pero deberían estar en tu despensa. Hay, por cierto, caña de lomo, como te decía.
Mira qué tipo de respuestas y comentarios hemos recibido:
Ya no te cuento más. Es muy fácil. Sigamos en contacto apuntándote con un clic. Y si cambias de opinión, te borras de la lista y punto. Tan amigos y a vivir que son dos días. Ya tenemos casi 1.000 suscriptores… por algo será.
Vicente, de Manjares de Pueblo